lunes, 23 de febrero de 2004

Cumple Tatiana 20 años de carrera

Por Idalia Barrera
El Norte

Monterrey, México (23 febrero 2004).- Su mamá quería que fuera gimnasta, pero lejos de pensar en destacar en el deporte, la pequeña Tatiana soñaba con llegar a ser una gran cantante.

No fue fácil convencer a sus papás, José Ramón Palacios y Diana Perla Chapa, pero una de sus tías que es compositora se convirtió en su mejor aliada, así que la apoyó en todo.

"Mi tía me llevaba a todos los programas infantiles de aquí de Monterrey porque mi mamá tenía una academia de gimnasia olímpica y era entrenadora del equipo estatal de Nuevo León, así que estaba muy ocupada", recuerda Tatiana, quien desde ayer puede ser vista en Amy, la Niña de la Mochila Azul, telenovela infantil donde aparece dando vida a una sirena y que marca su regreso a Televisa.

Los sueños se convirtieron poco a poco en realidad y, a los 15 años de edad, empezó a llamar la atención de la prensa nacional.
Tatiana asegura que no fue fácil abrirse camino y le emociona revivir los momentos más importantes de su carrera.

"Un día dije que no quería ser una cantante del momento, como alguna vez me anunciaron, yo quería ser cantante para siempre y aquí estoy, cumpliendo 20 años de carrera", dice con la voz entrecortada y derramando algunas lágrimas.

Satisfecha de una trayectoria de dos décadas, la artista afirma que en la vida nada se logra fácilmente, pero gracias a su trabajo y su tenacidad se siente muy orgullosa de todo lo que ha realizado.

"El éxito no se mide en cuánta gente te sigue, sino en cuánta gente te ama y yo he recibido mucho amor de mi público, me siento muy querida.

"A donde quiera que voy la gente me saluda como si fuera parte de su familia y eso no se paga con nada, es algo muy bonito y es un valor que me enseñaron en mi casa, el ser agradecido. Yo creo que eso es lo que la gente percibe porque gracias a ellos tengo mi éxito y estoy en donde estoy".

Tatiana nació en Filadelfia, en donde estuvo radicando un tiempo su familia ya que su papá estudió ahí una maestría y doctorado en Administración y Economía Aplicada.

Después regresaron a Monterrey, en donde la artista se crió junto con su hermano Juan Ramón, quien también tenía la ilusión de ser cantante.

"Un día me fui a México para hacer una prueba en la obra Vaselina, pero no me aceptaron porque físicamente me veía más grande que el resto del elenco", recuerda entusiasmada.

"Entonces hice audición para Kumán, la primera ópera rock mexicana dirigida por Miguel Sabido. Era un experimento, nadie éramos conocidos y me fue tan bien, que me quedé con el estelar femenino".

Su belleza fue clave importante en su carrera porque en 1984, pese de su corta edad (15 años), fue nombrada "El Rostro del Heraldo" en la Ciudad de México.

Los organizadores le dijeron que todas las ganadoras de este concurso habían sido mayores de edad y que tenía que irse a vivir a México, en su caso, obviamente acompañada por un familiar.

"Fue entonces cuando mi mamá entró en la disyuntiva de qué hacer. Tenía el gimnasio, a mi hermano Juan Ramón, su marido y a mí no me podía dejar sola, pero le pedí que me diera un año que era lo que iba a durar con el título de 'El Rostro...', porque me iban a caer compromisos de eventos sociales, además de ofertas de trabajo".

De figura juvenil a infantil

Hace 20 años, Tatiana y su familia tuvieron que tomar una decisión que los cambiaría por el resto de sus vidas: Probar suerte en la Ciudad de México en el mundo del espectáculo.

La regia recuerda cómo su mamá tuvo que vender las arras de su matrimonio para comprarle el vestido que usaría la noche que la nombrarían "El Rostro", pero asegura que todo sacrificio valía la pena para luchar por lo que quería.

"El triunfar tenía sus sacrificios, como dejar a mi familia, también tuve que andar mucho tiempo sola en taxis para tomar mis clases de baile y actuación. Mi mamá dejó a mi hermano y a mi papá en Monterrey para irse a vivir conmigo, aunque eso sí, no perdíamos contacto con la familia y nos veíamos cada vez que podíamos".

Su trabajo en Kumán sólo duró seis meses, porque ella quería hacer una carrera como cantante profesional, así que dejó los escenarios teatrales para enfocarse a lo musical.

Luego llegó la oportunidad de irse a España a grabar su primer disco, y fue bajo la dirección y producción de Miguel Blasco, Gian Pietro Felisatti y José Ramón Florez, bajo el sello de EMI Capitol, que fue su disquera durante ocho años.

Chicas de Hoy logró colocarse rápidamente en los primeros lugares de popularidad y su proyección como cantante fue aumentando cada día.

Pensó en abandonar su carrera

Aunque no tardó mucho en conocer el éxito, Tatiana asegura que no fue fácil escalar los peldaños de esta difícil profesión.

"Alguna vez pensé en abandonar todo, pero me di cuenta que para lograr el éxito hay que estar dispuestos a trabajar el 200 por ciento porque es una carrera de resistencia, no es de vamos a ver quién llega, no, es vamos a ver quién aguanta los golpes, los obstáculos, las cerradas de puerta en la nariz o aguantar que hay artistas que te quitan espacio sólo porque tienen palancas".

Asegura que en esa época había muy pocos artistas destacados de Nuevo León, un Estado que se caracterizaba porque la gente no veía con buenos ojos al medio artístico.

"Decían que era un medio lleno de corrupción, de cosas malas negativas, de drogas, prostitución etc., pero a mis 15 años yo decía que el ambiente lo hace uno mismo... y afortunadamente en 20 años de carrera, Dios ha estado conmigo".

Tatiana comenzó a sonar en la radio temas como "El Amor no se Calla", "A Plena Luz" y "Chicas de Hoy", con las que hizo bailar a todos, especialmente a las jovencitas que se sentían identificadas con las letras, y hasta su vestuario se llegó a poner de moda.

"Yo misma me diseñaba mi ropa, me encantaba hacerlo y ver cómo luego me imitaban las chavitas", dice sonriendo.

Llegó a hacer presentaciones en los palenques, donde siempre contaba con el apoyo de sus admiradores.

"Me llamaba la atención que iban hasta los niños a verme, porque les gustaban mis canciones, incluso mucha gente me preguntaba por qué no grababa para ellos, pero en esa época la disquera no apoyaba el mercado infantil".

Tatiana dio un cambio a su vida personal cuando contrajo matrimonio con el empresario Andrés Puentes en Monterrey. Era el año de 1990.

Cuatro años más tarde nació su primera hija Cassandra, quien fue su gran motivación para iniciar una nueva etapa dentro de la música infantil.

"Empecé a buscar qué música podía comprar para que escuchara mi hija, pero de repente me di cuenta que no había nada en las tiendas de discos. Entonces se me ocurrió grabarlas y dejarlas como legado a mi hija".

Aunque no toda la gente estaba de acuerdo con el cambio, a Tatiana le empezó a ir muy bien, pero reconoce que fue como volver a comenzar su carrera: volvió a tocar puertas en Televisa para pedir un espacio con su nueva faceta.

Incluso, recuerda, pidió que le dieran aunque sea unos minutos mandando saludos en el programa de El Tío Gamboín, deseaba dar a conocer su nuevo personaje, pero sus peticiones eran rechazadas.

"Así que empecé a hacer presentaciones en lugares poco comunes para una cantante infantil como el Hard Rock Café, implementando en mis shows toda la infraestructura que utilizaba dentro de mi espectáculo pop, como el rayo lasser, las luces computarizadas, confiteras, explosiones, pirotecnia, y todo esto le llamaba mucho la atención a los niños".

Pronto comenzó a sonreírle el éxito y se ganó su espacio en Televisa, rompió récord de ventas con sus discos y se presentó en lugares de gran capacidad como la Plaza de Toros México, el Premier y el Teatro Insurgentes, entre otros.

Hizo campañas sociales, como cuando cantaba pop, y le encantaba ver cómo hasta en los hospitales los niños hacían terapia con su música.

En esta nueva etapa, descubrió que podía cantar más géneros, como el cha cha chá, el bolero, cumbia y twist...

Tatiana desconoce la fórmula precisa que la hizo alcanzar el éxito, porque éste fue tal, que se crearon muñecas, tenis, bolsas, servilletas, piñatas y todo tipo de artículos con su sello personal.

En el 2001 nació su segundo hijo, Andrik, y a sólo unos días del acontecimiento, la vida personal de Tatiana dio un nuevo giro: después de 11 años de matrimonio decide separarse de su marido y representante artístico.

El escándalo llegó a su vida con las primeras declaraciones públicas de Puentes quien asegura que su esposa lo abandonó influenciada por su mamá.

Después de dos meses, Tatiana rompe el silencio y con lágrimas en los ojos revela en un programa de televisión que dejó a su marido por malos tratos e insultos.

Además, explica cómo a unos días de haber tenido una operación de cesárea, tuvo que salir a escondidas de su casa y brincar una barda.

La actitud de la artista provocó que Puentes montara en cólera y hasta la fecha no ha dejado de interponer demandas en su contra.

Pero del tema, ella ya no desea hablar.

"Eso fue un capítulo del libro de mi vida y ya le di la vuelta a la hoja", dice tajante.

Tatiana decidió venirse a radicar a su tierra natal en donde cuenta con el apoyo de su familia y desde aquí maneja su carrera.

"No ha sido fácil dejar a mis hijos para viajar de un lado a otro, pero lo importante es darles calidad, estar con ellos en el momento más importante, así que siempre les ayudo con sus tareas, platico con ellos, vamos al cine, llevamos una vida normal.

En 20 años de carrera, Tatiana ha cosechado triunfos no sólo en música con sus 19 discos, ya que también ha hecho cine, teatro y telenovelas, ha realizado doblajes para dos películas de Disney, además, tiene su propia línea de ropa y de perfumes.

A Tatiana le encantaría festejar sus 20 años de carrera con un disco de todos los éxitos que colocó como baladista pop, aunque eso todavía es sólo un proyecto.

La cantante asegura que en dos décadas ha tenido muchas satisfacciones, pero ninguna tan gratificante como darle diversión y alegría a los niños.